For the past three and a half weeks, Taraka Larson has been spending her time living in a gallery transformed into a post-apocalyptic Garden of Eden with a seven foot long native gopher constrictor. Inspired by the failed Biosphere 2, a series of recurring serpent nightmares, and Joseph Beuys’ short stint living in a gallery with a wild coyote, Larson envisions a radical utopian living experiment where both human and snake can co-exist together in harmony. The contained space becomes like a sealed hermetic chamber of sorts, with the aim to regain pieces of lost paradise and heal the unconscious rifts within the individual and collective psyches, post-fall.
The “garden” weaves together simulated elements of the snake’s native desert habitat, as well as dream-like slices of Larson’s pre-internet youth growing up in a small redneck town outside of Austin listening to punk music and learning how to play guitar. Each shred of memory contains a vague reference to a personal “paradise lost”, be it Blink 182’s Buddha album, a Nirvana poster, or Greenday’s “Welcome to Paradise”. Part of the co-habitation process has involved writing pop punk homages with the snake and tending to various herb and vegetable plants growing throughout the space. At the end of the residency, one of these songs will be cut on a lathe and pressed into pizza dough as an ephemeral, edible sonic artifact, a “pizza record”, made from the various plants grown inside the garden.
In the vein of teenage utopias, a pizza party will be thrown at MoHA on May 29th and 30th where each person will receive their own personal pizza record in a custom-painted pizza box which they can then decide to play on a turntable, or just allow their digestive systems to act as the needle passing over the grooves, bringing up questions of how utopia is consumed and internalized. The final phase of the project is to then destroy the garden and release the snake into the wild, shattering the captive illusion of simulated paradise to cultivate the one within.
Español
Por las últimas tres semanas y media, Taraka Larson ha estado viviendo en una galería transformada en un Jardín del Eden post-apocalíptico con una gopher constrictor nativa de 7 pies de largo. Inspirada por el fallido Biosphere 2, una serie de pesadillas recurrentes con serpientes y la corta temporada que pasó Joseph Beuys viviendo en una galería con un coyote salvaje, Larson prevé un experimento radical de una vida utópica donde tanto el humano como la serpiente pueden coexistir juntos en armonía. El espacio contenido se convierte en una especie de cámara hermética sellada, con el objetivo de recuperar pedazos del paraíso perdido y curar las fisuras inconscientes dentro de la psique individual y colectiva después de la caída.
El “jardín” une los elementos simulados del hábitat desértico nativo de la serpiente, así como rebanadas de ensueño de la juventud pre-internet de Larson, haber crecido en un pueblo “redneck” pequeño a las afueras de Austin, donde escuchaba música punk y aprendía a tocar la guitarra. Cada fragmento de memoria contiene una vaga referencia de un “paraíso perdido” muy personal, ya sea el album Buddha de Blink 182, un poster de Nirvana, o “Welcome to Paradise” de Green Day. Parte de el proceso de co-habitación implica escribir homenajes pop punk con la serpiente y atender a las plantas y hierbas que crecen en el espacio. Al final de la residencia, una de esas canciones serán cortadas en torno e impresas en masa para pizza como un artefacto sonoro efímero y comestible, un “disco pizza”, hecho de varias plantas que crecieron en el jardín.
Adentrados en las utopías juveniles, se ofrecerá una fiesta de pizza en el MoHA el 29 y 30 de Mayo, donde cada persona recibirá su disco-pizza en una caja personalizada; cada quien decide si “toca” su pizza en el torna mesa o deja que su sistema digestivo actúe como la aguja tocando las ondas, y preguntándose como la utopía se consume e internaliza. La fase final del proyecto es destruir el jardín y dejar libre a la serpiente en la naturaleza, rompiendo la ilusión cautiva del paraíso simulado para cultivar el interno.